esta vez no hay disfraz que calce: el chau es, simplísima y complejísimamente, chau.
el tiempo que ya empezó no tiene vuelta atrás. la separación deja una marca imborrable, un tatuaje bien nítido en lo más profundo de mi. la vida que dejo y sigue para otro lado ya no tiene nada que ver conmigo...y lo que pasa en-este-momento me aleja permanentemente de ese lugar que ya ocupa algo más.
c'est fini.