viernes, 24 de diciembre de 2010

la cuestión del chau

tergiversar un chau, teñirlo de nos vemos, o hasta mañana, o hasta pronto, o hasta siempre suele ser efectivo. muchas veces se consigue cortar un poco con el efecto-corte, valga la redundancia. la sensación del fin que es el karma de la raza humana, la finitud que nos condena y nos da vida. de golpe no es fin para-siempre, si no por-ahora, y nos vamos a dormir con el consuelo de un mañana que es un sueño, un dibujo, una fantasía, pero que nos acaricia y se acuesta al lado nuestro para darnos calor.
esta vez no hay disfraz que calce: el chau es, simplísima y complejísimamente, chau.
el tiempo que ya empezó no tiene vuelta atrás. la separación deja una marca imborrable, un tatuaje bien nítido en lo más profundo de mi. la vida que dejo y sigue para otro lado ya no tiene nada que ver conmigo...y lo que pasa en-este-momento me aleja permanentemente de ese lugar que ya ocupa algo más.

c'est fini.

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